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la familia

La familia ideal no existe: Hay muchos tipos de familia.

La diversidad es sinónimo de riqueza. Cuándo hay más de una posibilidad, es mucho más interesante el camino, y creo que eso funciona con todo, incluso con la familia. No existe la familia ideal.

Entiendo la familia como algo que va más allá de un simple lazo de sangre. No se trata solo de una madre y un padre, puede ser también una abuela o una tía. Es el grupo humano que nos cuida, que nos genera el afecto necesario para realizarnos como seres autónomos y felices. Allí, se nos enseña a explorar las posibilidades del mundo, a enfrentar adversidades, a salir a las aventuras de la vida, pero teniendo siempre un puerto seguro al que volver. Allí aprendemos a ser, a cuidar, pero sobre todo, aprendemos a amar.

Me da mucho miedo cuando descubro que hay quienes quieren unificarlo todo, y crear modelos y paradigmas de todas las cosas existentes, y no son capaces de descubrir, que entre más opciones haya de algo, más valor agregado tendrá. No hay una familia ideal a la que todas las familias deban parecerse, eso es ridículo. Hay familias que se construyen y que con el paso del tiempo van descubriendo los valores que las hacen ser únicas.

Más allá de los modelos ideales:

Las lógicas que se viven en ellas dependen de muchas cosas. No está bien poner de familia ideal a las familias norteamericanas, por ejemplo, porque eso depende de la cultura, de las raíces, y por supuesto de las maneras de ver el mundo de cada uno de los integrantes. Hay familias en las que no hay  papás, porque murieron, o no se hicieron cargo de los hijos, y no son menos familia por eso.

Unos tíos que criaron a un sobrino, o un abuelo que acabó de criar a un nieto, todos ellos, ya lo he dicho, son familias. No son menos las familias por las dificultades que vivan, porque es en ellas donde se encuentra en gran medida, el apoyo mutuo y las ganas de construir que cada uno pueda tener.

Hay que precisar muchas cuestiones en torno a la idea que tenemos de familia, y empezar a descubrir que definitivamente, ese puede ser el mejor espacio para forjar lo que queremos ser como personas. Familias de humanos, forman humanos. Creo que algunas cosas que debemos tener claras, son:

1. Tu familia es la ideal (No existe la familia ideal):

Más allá de los problemas, de las discusiones y de cualquier otra cosa que no haga que la familia sea perfecta, debe existir el amor como medida de relacionamiento. Entender que cada una de esas cosas hace parte de la vida diaria, pero que siempre se pueden superar. Las familias perfectas no existen, solo existen familias de seres humanos que intentan compartir y construir relaciones sanas de compañía, cercanía y amor. Eso hace que una familia sea ideal, por eso creo que cada una puede serlo.

2. No es una amenaza ser diferente:

Somos seres únicos, cada uno tiene una esencia que lo define, y dicha esencia está permeada por algunas costumbres que  se asumen en el núcleo de la familia. Sin embargo, en la medida en que cada quien se relaciona con el resto del mundo, fuera de la casa, va encontrando y adhiriendo a sí mismo modos distintos de entender ese mundo, que en muchas ocasiones puede terminar chocando con aquello que se aprendió en la familia. Esto no siempre es malo y es necesario entenderlo, porque muchos problemas familiares tienen sus bases precisamente en esas diferencias que se van gestando a lo largo de la vida. La diferencia no es una amenaza cuando está mediada por el respeto, cuando con ella no se busca destruir, sino aportar.

3. La importancia de la familia en el crecimiento personal:

Los seres humanos nos construimos con nuestro entorno. La cultura, el tiempo, los lugares, y muchos otros elementos determinan la identidad. La familia pone su cuota en esa construcción y determina en gran medida los modos de ser. Obvio que cada uno es libre de elegir sus caminos, y que nadie puede obligar a otros a ser de una manera distinta, pero también es cierto que las costumbres, los valores y muchas otras cosas logran incidir en la forma de ver la vida de los integrantes de una familia.

4. Los valores en la familia deben estar claros y deben compartirse:

No podemos pretender juzgar a una familia desde los valores de otra. Hay unas donde lo más importante es la tolerancia, y en las que las personas se aceptan por encima de cualquier cosa, mientras que hay otras en las que el valor que impera es el de las responsabilidades, y cada una desde dos sistemas de pensamiento distinto, conviven e intentan tener espacios tranquilos. Cada una de las familias va forjando aquello que los identifica, y se van haciendo poco a poco un equipo, con todo lo que esto pueda significar.

Es necesario insistir en que la única manera de convivir en armonía, es compartiendo los valores. Por supuesto que cada individuo es particular, y tiene su propia escala de valores, pero al momento de intentar vivir en familia, se hace necesario que haya una lista de valores en los que se coincida y por los que se trabaje. De lo contrario, la casa se termina convirtiendo en un campo de batalla constante en la que algunos respetarán a los demás, y otros se dedicarán a ser piedras de tropiezo.

5. La convivencia familiar es clave. Necesitamos hogares sanos, no una familia ideal:

Hay que tener hogares con ambientes sanos, evitando las relaciones toxicas y de dominación. Con frecuencia, en la familia se suelen crear este tipo de relaciones que no alimentan de ninguna manera, y que al contrario, destruyen los lazos que con el tiempo se van creando. Esto no quiere decir que no pueda haber problema, se trata más bien de aprender a sopesarlos y a superarlos de una manera inteligente. 

Los hogares sanos son aquellos en los que los problemas se suelen manejar con dialogo, en el que existe comprensión y los errores se asumen juntos. Un enemigo ferviente de la familia es el reproche, que en muchas ocasiones termina generando el peor de los odios. Pero también son hogares sanos aquellos en los que se comparte el tiempo de calidad, en los que se sacan espacios para la escucha, para atender las necesidades de los otros, donde hay palabras constante de amor, de afirmación. Solo en estos espacios, se puede vivir una convivencia familiar positiva.